miércoles, 16 de febrero de 2011

El libro también juega con las manos del impresor, vendedor y el editor.

Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo.
Julio Cortázar


Cuando tenemos en las manos un libro, no imaginamos todo la aventura que emprendió para poder respirar con nosotros.

Son varias piezas las que construyen el caparazón y el corazón de un libro. La magia del libro no solamente viene del autor, sino de un impresor, vendedor y un editor. El lector es la última pieza clave para que el libro viva por siempre.

El autor y sus cómplices para la elaboración de un libro pasan por un proceso de trabajo muy arduo y de sacrificios que están llenos de esperanzas e ilusiones para que el libro sea la llave de conocimiento en la vida del ser humano.

Datus C. Smith, Jr, nos cuenta un poco más del esfuerzo glorioso que tiene los creadores del libro. El autor es quien crea las ideas, el impresor el fabricante del libro, el vendedor revisa todo el proceso de compra y venta, y por último el editor es el fantasma privilegiado que puede intervenir en todo el proceso de producción del libro.

Pese a los obstáculos que presenta la casa editorial para su desarrollo, como son las cuestiones económicas de su país y la falta de hábito en la lectura, el editor es quien sigue apostando por la sobrevivencia del libro, donde su mayor recompensa es que la gente viva a través de la lectura, del autor a quien depósito toda su confianza.

El libro no sólo juega con las manos del autor y del lector, sino con todo un equipo de trabajo apasionado y entregado por el mundo de las letras. Construyamos un librero en nuestro hogar, con las manos de estas cuatro personas que comparten el sueño de que las hojas de un libro formen parte de nosotros.

Démosle el valor justo a cada partícipe de quien realiza la obra, y tengamos muy presente que el poder de un país no solamente depende de cuestiones económicas, sino también del conocimiento que se genere a partir de una cultura de la lectura. Un país que no cuenta con sus propias casas editoriales, es un país en estado vegetativo.
Fuente:
Datus C. Smith, Jr. Guía para la publicación de libros, Universidad de Guadalajara, México 1991

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